Una ciudad sostenible se refiere a un sistema urbano complejo que ha logrado integrar la disminución de contaminación, medios de transporte más accesible, aboga por la protección de la vegetación y los recursos naturales, todo esto, buscando mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos al impulsar el uso de recursos energéticos más limpios, saludables y ecológicos. Actualmente, hay una tendencia mundial donde muchos países buscan implementar políticas orientadas a hacer de sus ciudades unas urbes sostenibles, particularmente, aquellas naciones que priorizan el desarrollo y la estabilidad social de sus habitantes. Esta tendencia se fundamenta en la cantidad de personas que viven en ciudades, según la ONU, de los 7.000 millones de habitantes en el planeta, un 54% vive en ciudades según estadísticas de 2015, esperando que para 2030 unas 5.000 millones de personas vivan en ciudades, esto genera que las ciudades enfoquen sus planes en un desarrollo urbano sostenible de cara a futuro.
¿Por qué una ciudad sostenible?
Sin embargo, hacer de una ciudad un espacio urbano sostenible no es tarea fácil, ya que, es un compilado de medidas y nuevas formas de vivir por parte de sus ciudadanos lo que la hace llegar a esa meta, entonces, el transporte representa un aspecto medular en la transformación de las ciudades, donde se busca que la movilidad sea orgánica y ecológica, sin generar retrasos o acumulaciones de vehículos en colas, lo que favorece la emisión de CO2 y además, atenta contra la calidad de vida de los habitantes, de esta forma, la medida que ha prevalecido es la implementación de un transporte público eficiente para motivar a los ciudadanos a dejar los vehículos de lado, lo que resulta más económico en términos de espacios y contaminación para las ciudades, haciéndolas sostenibles.
Además, para funcionar como un órgano que se complementa, también se ha impulsado el uso de bicicletas como medio de transporte, favoreciendo al medio ambiente y la salud de quienes la usan. En ese sentido, estas dos formas de movilidad en conjunto, son medios de transportes silenciosos y más sanos para los pobladores, reduciendo el amontonamiento dentro de los espacios urbanos. A su vez, como un complemento adicional de estas medidas, se ha tomado la iniciativa de proporcionar las condiciones infraestructurales en las ciudades para el tránsito peatonal, ofreciendo grandes veredas o calles peatonales atractivas para motivar a los ciudadanos a caminar.
¿Cómo se llega a ser una ciudad sostenible?
Sin duda, para que una ciudad llegue a ser sostenible, los cambios en el transporte son necesarios, donde prevalece como medida el transporte público en sustitución de los vehículos. A pesar de esto, hay otros factores que influyen en la sostenibilidad de una ciudad y son los residuos un problema para esta evolución urbana. Todo proceso económico genera desechos y la deshacerse de estos puede implicar contaminación, así, en las ciudades con metas de sostenibilidad se ha tomado la iniciativa de una economía que dentro de los procesos de producción incluya la reutilización y el reciclaje, haciendo que se aprovechen la mayor cantidad de desechos posibles, adicionalmente, es una forma de reducir el impacto ambiental que tiene la industria, aminorando la contaminación del suelo, del aire y de los océanos, protegiendo la biodiversidad y las vegetaciones.
Por último, los urbanistas y arquitectos tienen un papel fundamental en estos planes de desarrollos sostenibles, uno de los académicos que ha tenido un mayor impacto dentro de esta corriente es Jan Gehl, un arquitecto danés pionero en planes sostenibles, siendo defensor del transporte público como medio de movilidad para lograr las ciudades sostenibles. Además, tuvo influencia en la planificación de Copenhague, ciudad que actualmente está dentro de las quince ciudades más sostenibles del mundo, según The Sustainable Cities Index 2016 publicado por ARCADIS.