En 2008, una crisis financiera desató el desastre económico en las principales potencias del planeta. Las monedas perdían valor y el sector inmobiliario colapsó.
En medio del desconcierto, nació Bitcoin, una moneda electrónica descentralizada.
La primera transacción, a nombre de Satoshi Nakamoto, seudónimo del misterioso creador de Bitcoin, marcó el principio de una era.
Hoy, más de una década después, el boom de las criptomonedas ha desatado una oleada de criptos de todo tipo y se estima que circulan más de 5.000 divisas.
Bitcoin se encuentra en lo más alto. En el primer trimestre del 2021 superó la barrera de los $50.000.
El mundo se detuvo ante el éxito de la moneda madre –Bitcoin–, las altcoins y stablecoins.
Sin embargo, un tema de conversación y un tweet del CEO de Tesla, Elon Musk, marcaron el descenso.
La minería es un problema, señalaban. Y ciertamente lo es. Pero el ecosistema de las criptomonedas está cambiando. Cada vez son más amigables con el medio ambiente.
En esta publicación hablaremos sobre la economía verde del futuro con criptomonedas. Profundizaremos en la contaminación de la minería y mencionaremos cuáles son las divisas que funcionan con fuentes renovables.
Criptomonedas y el medio ambiente
Las criptomonedas son el activo financiero más grande y prometedor del futuro. La volatilidad desencadenó un fuerte interés en la inversión de divisas.
Numerosos proyectos han surgido desde entonces. Tal es el caso de los algoritmos que especulan sobre la volatilidad de las monedas para encontrar oportunidades de ganancia.
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Aunque el futuro es prometedor, es un peligro a largo plazo. La huella de carbono, las emisiones de CO₂ y los gases invernaderos son un dolor de cabeza.
No las criptomonedas en sí, sino el sistema adoptado. La tecnología que garantiza la estabilidad de la Blockchain es la culpable.
El de Bitcoin es, según los expertos, el más peligroso. Se trata de la minería mediante la ‘Prueba de Trabajo’. Un entramado de ordenadores que resuelven problemas matemáticos complejos con el objetivo de confirmar y añadir nuevos tokens al libro contable.
Este consenso que alimenta la red Bitcoin precisa mucha energía. Estamos hablando de miles de computadoras, en todas partes del mundo, acuñando y desbloqueando tokens.
Se habla que la industria de las criptomonedas es más contaminante que países enteros. Si fuese una nación, estaría ubicada en el puesto 27 de los más contaminantes.
Por suerte, el ecosistema criptográfico es grande. La minería con Prueba de Trabajo no es la única. También existen otros sistemas adoptados para el registro y confirmación de las operaciones, como la Prueba de Participación.
Según estudios, el PoS consume menos energía que el PoW, ya que las transacciones son más rápidas y diluidas. Se pronostica, al menos para el futuro, 99% más de eficiencia. Esto implica una reducción significativa del consumo energético.
También se están realizando reuniones entre las principales empresas criptográficas para cimentar un futuro limpio y eficiente con modelos tecnológicos renovables.
Por ejemplo, el Crypto acuerdo climático. Un encuentro entre la Energy Web y el RMI para la regulación del consumo de energía de la red de criptomonedas y el lanzamiento de tecnologías 100% verdes.
El objetivo es promover iniciativas y monedas con un perfil energético sustentables.
Criptomonedas verdes del futuro
Menor huella de carbono, reducción de gases invernaderos y cadena de bloques sostenible. Ese es el impacto de las denominadas ‘criptomonedas verdes’, divisas alternativas a Bitcoin –altcoins– y monedas respaldadas –stablecoins– que ayudan al medio ambiente.
Se estima, al menos, 40 criptomonedas más ecológicas. Aquí te mencionaremos algunas:
- Chia. Criptomoneda sustentable con un sistema respetuoso con el medio ambiente. Funciona con la ‘Prueba de Espacio’, mecanismo donde la información de la cadena de bloques se alberga en discos duros denominados ‘parcelas’. Según los fundadores, es una moneda segura y ecológica.
- Cardano. Esta criptomoneda es similar a Ethereum. De hecho, fue desarrollada por el cofundador de ETH. Funciona tanto como moneda de intercambio, como sistema para la creación de contratos inteligentes. La minería trabaja con ‘Prueba de participación’, que como mencionamos, es energéticamente más eficiente que el consenso Bitcoin.
- Solar Coin. El propósito de esta moneda es motivar la industria y tecnología de paneles solares. Por cada SolarCoin creado, aportas un megavatio de energía renovable.
- Estelar. Una red segura y gratuita donde se puede intercambiar dinero fiduciario. Funciona con la Prueba de Consenso, el cual permite las operaciones rápidas que reducen el gasto energético.
- Nano. Una de las monedas más prometedoras a largo plazo. Una red gratuita, de transacciones instantáneas amigables con el medio ambiente. Nano no depende de la minería, sino de la celosía de bloques, diferente a la cadena de bloques tradicional, donde cada usuario lleva su propio registro criptográfico. ¿El resultado? Operaciones livianas que consumen menor energía.