Los coches ecológicos están de moda. Son cada vez más importantes para preservar el medio ambiente. Los automóviles convencionales, esos que usan combustible, emiten dióxido de carbono y producen daño significativo a la atmosfera. El cambio climático es un dolor de cabeza que se manifiesta en calentamiento global y contaminación en las principales ciudades del mundo.
La solución que se ha popularizado en la última década son los coches no contaminantes que reducen la cantidad de gases de efecto invernadero al prescindir del combustible. La iniciativa de las energías renovables en los vehículos para favorecer la sostenibilidad es necesaria.
Sin embargo, hay un elemento que pocas veces aparece en la portada de los titulares, y es que los coches ecológicos son más seguros. ¿Es realmente esto cierto? ¿Los coches no contaminantes son más seguros?
En esta publicación queremos hablar en detalle sobre por qué apostar por la sostenibilidad de los vehículos y cómo estos son más viables en diferentes aspectos.
Coches menos contaminantes: una gran apuesta
Los vehículos tradicionales, es decir los de combustión o combustible, emiten gases de efecto invernadero, como monóxido de carbono y dióxido de carbono, que atentan contra el bienestar del medio ambiente. El calentamiento global y el cambio climático, en buena parte, inicia por el funcionamiento de los vehículos.
Ante esta perspectiva, aparecieron alternativas ecológicas y sostenibles, como coches eléctricos y coches híbridos. Ambos con un papel clave en la recuperación de la integridad ambiental.
El coche eléctrico utiliza baterías eléctricas que sustituyen el proceso de combustión. Tienen la ventaja de funcionar con electricidad -que es una fuente que se puede renovar- y no emiten gases peligrosos. El único problema es la autonomía de los vehículos.
Los coches híbridos son el punto intermedio. Funcionan con electricidad, pero también incluyen un tanque de combustible para superar las limitaciones de autonomía. El objetivo es reducir lo máximo posible las emisiones de gases invernaderos utilizando el tanque de combustible lo menos posible y solo en situaciones de emergencia.
Adicional a la construcción de los equipos y las nuevas formas de energías renovables, se recomiendan otros trucos para no contaminar, como limitar los acelerones innecesarios que consumen más combustible y, por tanto, producen gases peligrosos a la atmosfera. También se aconseja no subir demasiado las marchas y revoluciones, ya que estos procesos también contaminan significativamente.
¿Los coches menos contaminantes son más seguros?
Si bien los coches menos contaminantes cumplen un papel crucial en la sostenibilidad como hemos mencionado a lo largo de la publicación, si hablamos de seguridad también podemos extraer aspectos interesantes.
Los coches ecológicos, como los eléctricos e híbridos, forman parte de la nueva camada de vehículos que usan tecnología de última generación con piezas, soportes y estructuras actualizadas. En otras palabras, cuentan con mejoras mecánicas que coches viejos y a combustible no tienen y eso los hacen más seguros.
Según las estadísticas –que todavía están verdes, pero ayudan a contextualizar– los coches ecológicos son menos propensos a averías por la reducción de piezas móviles y requisitos de mantenimiento, minimizando así los accidentes y siniestros en carreteras. Aunque, siempre es bueno tomar previsiones y contar con un aseguro o tener el contacto de un abogado de accidentes automovilísticos.
En términos de estructura mecánica, al prescindir del motor a combustión y combustible, también lo hacen de procesos inflamables, pero lo que existe menos preocupación de explosiones o fugas que ocasionen daños peligrosos o catastróficos en los vehículos.
Por ejemplo, en el caso de las baterías de iones, estas cuentan con celdas y blindados que reducen el riesgo de explosión e incendio en comparación a la gasolina. De hecho, están instaladas en un contenedor con un líquido refrigerante que las protege de las altas de tensión, daños externos y cortos circuitos.