Observando el eslizón de tres líneas del este Australiano (Bassiana duperreyi), los investigadores no solo han hallado que temperaturas cálidas durante la incubación dan lugar a ejemplares de mayor tamaño (resultado confirmado en previas investigaciones) sino que quizás también los ejemplares sean más inteligentes.
Para probar la inteligencia de los lagartos, los científicos incubaron dos conjuntos: 9 a bajas temperaturas y 12 en cálidas. Posteriormente los investigadores metieron los lagartos en una caja plástica con dos salidas, una de las cuales se hallaba sellada por metacrilato transparente, y los asustaron tocando sus colas. Los incubados a temperaturas más cálidas aprendieron antes que los otros a evitar la salida bloqueada.
Sin embargo, un estudio de 2010 en Science estimaba que el 20% de las especies de lagarto del mundo podrían extinguirse debido directamente a los impactos del cambio climático. El masivo estudio contempló descensos en 34 grupos de lagartos diferentes a lo largo de los cinco continentes. El estudio encontró que durante los días de calor los lagartos pasaban la mayor parte del tiempo a la sombra y alimentándose menos, lo que supone malas noticias particularmente para la cría.
La gente no piensa habitualmente en los lagartos como «seres inteligentes», pero investigaciones recientes han demostrado que los lagartos pueden ser más inteligentes de lo esperado, incluso tal vez igual que los pájaros. Un estudio del año pasado, también en Biology Letters, encontró que el lagartijo puertorriqueño puede igualar a pájaros en los test de inteligencia. Los lagartos son capaces de resolver problemas que nunca antes se les hayan presentado, recordando la solución en futuros ensayos, incluso cambiando las técnicas ante nuevos desafíos.