Consejos para compaginar la tecnología y la protección del medio ambiente, por INTELLIGENT SURVIVAL

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¿Situar la tecnología al servicio de la ecología? Intelligent Survival aporta una guía con interesantes consejos prácticos para usar a diario

Este nuevo año, Intelligent Survival se compromete a sensibilizar a los consumidores y a los empleados sobre las cuestiones del desarrollo sostenible, en el trabajo y en la vida diaria.

¿Cómo poner la tecnología y la innovación al servicio del medio ambiente?

Aunque la cuestión puede parecer sencilla a primera vista, ponerla en práctica no siempre es tan evidente. Sin embargo, en la vida cotidiana, el trabajo y en la vida privada, es posible poner la tecnología al servicio de una mejor protección del planeta.

A continuación, se ofrecen algunos consejos de cómo poder realizarlo:

1.- No considerar que la tecnología es siempre verde
Cuando se piensa en la relación entre tecnología y ecología, se tiende a ver sólo lo positivo: cómo Internet puede reducir el uso de papel, cómo la tecnología puede producir energía renovable, cómo se puede inventar tecnologías para almacenar el carbono… Se puede terminar pensando que el progreso técnico es casi siempre beneficioso para el bienestar del medio ambiente. Pero esto no es cierto.

De hecho, muy a menudo, la tecnología tiene un impacto muy significativo en el ecosistema. Por ejemplo, Internet, que a menudo se considera una tecnología respetuosa con el medio ambiente porque está desmaterializada, sin papel por ejemplo, es en realidad extremadamente contaminante.

El impacto medioambiental de Internet supone entre el 2 y el 7% de las emisiones de gases de efecto invernadero del planeta, más que toda la aviación mundial. También es un gran consumidor de metales, recursos no renovables y otros materiales. Esto se debe a la fabricación de equipos como ordenadores y servidores, así como a la energía necesaria para los centros de datos.

Otro ejemplo: los libros electrónicos, a menudo se piensa que son respetuosos con el medio ambiente porque evitan la impresión de libros (y por tanto la tala de árboles), pero en realidad suelen contaminar más que los libros de papel.

En cuanto a las energías renovables, si bien son muy útiles para la transición ecológica, también tienen su parte de impacto en el medio ambiente

Por tanto, se debe ser conscientes de que la mayoría de las tecnologías, aunque se llamen «verdes«, no siempre son respetuosas con el medio ambiente. A veces, su impacto es incluso considerablemente mayor que el de una alternativa de baja tecnología.

Que una empresa fabrique un taxi con volante eléctrico, un sistema revolucionario de almacenamiento de carbono o un cargador solar no significa que sea realmente ecológica. Hay que mirar la tasa de retorno de la energía, comparar el consumo de material, y suele ser más complicado de lo que se piensa.

Así que antes de recurrir a una solución tecnológica por razones ecológicas, hay que informarse para poner en perspectiva un paradigma que a veces puede ser muy perjudicial para el medio ambiente.

2 – Aprender los gestos adecuados para utilizar la tecnología de forma ecológica
Una vez que se ha tomado conciencia de ello, el segundo paso es conocer las acciones que permiten limitar los impactos ambientales de la tecnología.

Por ejemplo, internet, no porque Internet sea muy contaminante se debe prescindir de su uso, al contrario, se debe aprender a utilizarlo correctamente para limitar la contaminación.

Por ejemplo, los estudios demuestran que lo que más energía consume en las redes sociales de Internet es el streaming de vídeos. Limitar el visionado del streaming o adaptar la calidad de la imagen pueden ser, por tanto, formas de limitar el impacto medioambiental de Internet.

También hay muchas otras formas de limitar el consumo de datos, ya sea en el ordenador o en el teléfono móvil: navegar por páginas web eco diseñadas, utilizar apps o programas eco diseñados.

Lo mismo ocurre con el uso del ordenador todas estas tecnologías pueden utilizarse de forma óptima para reducir su consumo de energía, preservar su vida útil y limitar así su impacto en el medio ambiente.

3 – Utilizar la tecnología para medir y optimizar
Sin embargo, la tecnología puede ser útil cuando se utiliza para medir y optimizar datos que de otro modo serían difíciles de entender.

Hay muchos ejemplos, algunas empresas utilizan la inteligencia artificial para medir y predecir los aumentos de contaminación y así combatir la contaminación atmosférica adaptando las condiciones del tráfico, por ejemplo.

Otros utilizan la gestión de datos que permiten las nuevas tecnologías para hacer más fluido el tráfico, para anticipar y predecir mejor los movimientos de las flotas de vehículos de las empresas con el fin de reducir las emisiones de CO2. Hay docenas de formas de utilizar el big data para hacer más sostenibles los negocios.

También es posible a nivel individual, por ejemplo, ya existen sistemas digitales que permiten medir el consumo de energía en los hogares para optimizarlo y adaptarlo: termostatos conectados, ahorro de energía a través de la domótica, contadores de electricidad conectados. Todo ello puede ayudar a evitar una serie de residuos, utilizando la tecnología y los datos para identificarlos y prevenirlos. Siempre y cuando, por supuesto, estas tecnologías estén optimizadas para no consumir demasiada energía y recursos.

4 – Poner las nuevas formas de comunicación al servicio del medio ambiente
Otra forma de poner la tecnología al servicio del medio ambiente es utilizar los medios de comunicación que se ofrecen para proteger la naturaleza.

En todo el mundo existen programas colaborativos y participativos que utilizan redes online para cuantificar y evaluar los cambios medioambientales.

Cada vez más, estas funcionalidades se están desarrollando en todo el mundo para ayudar a los científicos a entender mejor el clima, la naturaleza, la biodiversidad, etc.

Las aplicaciones móviles que ayudan a conocer mejor el estado del medio ambiente, y a través de alguna de ellas por ejemplo, explorar la biodiversidad de los territorios.

5 – Elegir la innovación (alta o baja tecnología) al servicio del planeta
La mayoría de las veces, la mejor manera de ser ecológico es evitar la compra de artículos de alta tecnología. Pero a veces la tecnología, la tecnología digital y la innovación también permiten, mejorar los modos de producción y consumo.

Los consumidores tienen un papel importante eligiendo tecnologías que se basen en un objetivo ecológico. Existen en casi todas partes, ya sea para elegir un proveedor de placas solares como energía renovable, un teléfono de diseño ecológico, sistemas de micro riego para jardines verticales y huertos o aplicaciones de conducción ecológica, se pueden elegir productos más respetuosos con el medio ambiente, la mayoría de las veces gracias a técnicas como el diseño ecológico.

Tampoco se debe olvidar que hay innovaciones de baja tecnología que pueden mejorar mucho el impacto ambiental. Es el caso, por ejemplo, de los hogares con materiales aislantes naturales, que permiten una mejor iluminación y calefacción sin gastar energía.

Básicamente, se tiene que revisar la visión que se tiene de la innovación tecnológica. Si se quiere ser ecológico no se debería elegir un producto sólo porque sea innovador o tecnológico, sino porque tenga una tecnología que permita un ahorro real de energía y recursos.

Por supuesto, no siempre es fácil encontrar esta información, pero si realmente se quiere hacer un gesto por la ecología, es esencial.

Fuente Comunicae

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