El café es uno de los cultivos más sensibles a los efectos del cambio climático. El árbol del café solo da frutos en climas tropicales y en unas condiciones determinadas de humedad y temperatura. Cualquier pequeño cambio en las condiciones climáticas afecta a su productividad y calidad. Por eso, apostar por cultivos sostenibles es importante y el consumo de café ecológico, en grano o molido, es una buena opción a tener en cuenta.
El aumento de la conciencia medioambiental y la preocupación por un estilo de vida saludable y sostenible han promovido la aparición de más productos de café sostenibles, como el café soluble ecológico o la gama de cafés en grano y molidos de cultivo sostenible.
Cómo es el café ecológico
La agricultura ecológica es un tipo de cultivo sostenible que no usa ni pesticidas ni fertilizantes químicos. En el caso del café, generalmente se trata de cultivos a la sombra, es decir que los cafetos se plantan entre otros árboles y arbustos que los protegen del sol y que forman un ecosistema complejo y estable. Estos cafetales son muy diferentes a los monocultivos al sol que, a menudo, se obtienen desforestando grandes zonas de terreno.
Además, en estos cultivos sostenibles, la cosecha generalmente se realiza de forma manual, seleccionando los granos uno a uno. Por eso, además de ecológico, es un producto de gran calidad.
No todos los productos de cultivo sostenible son ecológicos. Para poder etiquetar un café, u otro alimento, como ecológico, debe tener una certificación que comprueba unos estándares medioambientales según la normativa vigente, en nuestro caso la europea. Esta certificación implica unos costes para el productor, por eso no todos los cafés sostenibles son oficialmente cafés ecológicos.
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El etiquetado de los cafés ecológicos
La variedad de café ecológico y de marcas que lo comercializan es muy amplia. Cualquier producto del café puede ser ecológico si se cumple la normativa en el cultivo y el procesado. Podemos encontrar desde café verde en grano hasta café soluble ecológico, así como todo tipo de granos de café tostados y molidos.
El elemento que identifica un café ecológico respecto a uno que no lo es, es el sello oficial de la Unión Europea. Este logotipo está formado por un cuadrado verde con una hoja formada por pequeñas estrellas blancas. Solo los productos con la certificación y este sello pueden usar la palabra ecológico, que suele aparecer de forma visible en el envase.
Además de la palabra ecológico, también pueden usarse los sinónimos biológico y orgánico, así como las abreviaturas ECO, BIO y ORG. Estas denominaciones solo están permitidas en los envases y en las promociones de los productos si cuentan con la certificación oficial de producto ecológico.
Los mejores cafés ecológicos
En el mercado encontramos cafés ecológicos de gran calidad, tanto los que contienen exclusivamente granos de café arábica ecológico, como los cafés mezcla que incluyen variedades arábica y robusta. Un ejemplo es Bonka premium ecológico, con un tostado justo que proporciona una taza de café de cuerpo medio, aromático y equilibrado, apto para cualquier momento del día.
Para aquellos que prefieran el café sin cafeína, también existe café descafeinado ecológico. El proceso de descafeinado puede realizarse sin productos químicos, solo con agua, de modo que sigue siendo un producto ecológico. El café Bonka descafeinado se obtiene solo con agua y se tuesta usando energía procedente de fuentes renovables. Un aspecto que no tiene en cuenta la normativa sobre productos ecológicos pero que, sin duda, ayuda a la preservación del medio ambiente.
Las propiedades del café ecológico
El café ecológico también puede considerarse saludable. Se trata de un producto de calidad, cosechado en su punto gracias a la recolección manual. Cuando los granos maduran de forma natural en el árbol, mantienen mejor sus propiedades nutricionales, como los antioxidantes, vitaminas y minerales.
No es el único beneficio del café ecológico, hay que sumarle las bondades de este tipo de café para el medio ambiente y también para las comunidades de productores que se encuentran en países en vía de desarrollo.
Envases sostenibles para los cafés ecológicos
La gran mayoría del café que consumimos se comercializa envasado. El aroma y el sabor del café solo puede mantenerse durante el tiempo suficiente si se usa un tipo de envasado al vacío, tanto en cafés ecológicos como el resto de cafés. Este es, por hoy, el mejor sistema para disfrutar del mejor aroma y sabor en casa.
La certificación ecológica no tiene en cuenta los materiales usados en el envasado, pero sin duda, es un aspecto a tener en cuenta para un consumo responsable. La investigación está avanzando en el desarrollo de plásticos y materiales reciclables en este tipo de envases, aunque por ahora no siempre es posible usarlos. Más frecuente es el uso de papel 100% reciclado para algunas partes del envase, como en el caso del café Bonka ecológico.
Otros productos cafeteros ecológicos
El abanico de productos ecológicos es muy amplio, más allá de los cafés en grano, molidos y solubles.
El café verde ecológico son granos sin tostar de café, que pueden tomarse en infusión. En el mercado encontramos este café ya listo para preparar, solo o combinado con otros productos, como el café verde con jengibre ecológico.
El popularmente conocido como café de cereales no es propiamente un café, sino una preparación a base de cereales tostados y molidos que se suele añadir a la leche del desayuno, sustituyendo el café. Eko es la marca más popular de cereales bebibles que también cuenta con una gama de café de cereales ecológico.
Apostar por el mejor café ecológico, como Bonka ecológico, es positivo a muchos niveles, desde el consumidor que disfruta de la mejor calidad hasta la sostenibilidad del planeta. Se trata de un pequeño gesto que contribuye al bien común, en forma de sabrosa y reconfortante taza de café.