Fast Fashion. Un concepto que quizás no todos han escuchado, pero con el que están familiarizados, aunque sea de manera indirecta. Traducido al español como “moda rápida”, el Fast Fashion hace referencia al fenómeno de producción de prendas de ropa de manera rápida y a bajo coste. Esto posibilita que aquellas marcas que se valen de este sistema de producción puedan ofrecer siempre prendas novedosas a precios muy bajos, lo que a su vez se traduce en un consumo mayor por parte del público. Así, las tradicionales colecciones de otoño/invierno y primavera/verano se multiplican por cuatro y pasan a ser poco menos que un reclamo tan solo para los grandes eventos de moda.
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En la actualidad estamos rodeamos de empresas que se valen del Fast Fashion. La cadena Inditex, con sus diferentes marcas, o Primark son algunas de ellas, y ni qué decir hay del enorme éxito que tienen entre la población. El problema real que se esconde detrás de esta incontrolable producción es la contaminación en términos medioambientales en la que se traduce. Para que os hagáis una idea: el 30% de esta ropa termina convertida en residuos o en la basura y el 60% de los tejidos que se emplean para elaborarlas contienen poliéster, una materia altamente contaminante.
A día de hoy, sobre todo viendo las devastadoras consecuencias del efecto invernadero, sigue sorprendiendo que este tipo de actividades industriales siga adelante. No vale solo con celebrar el Día de la Tierra o una nueva edición de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, hay que tomar medidas efectivas desde diferentes ámbitos.
Algunas marcas de la industria de la moda no son ajenas a esta lacra, y han comenzado a incluir mejoras en su proceso de producción para convertir sus productos en los más sostenibles posibles. El último en sumarse a esta corriente ha sido el diseñador estadounidense Tommy Hilfiger, quien se ha valido de la tecnología para reducir los recursos materiales que emplea habitualmente en su proceso de producción.
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Así lo ha hecho público la compañía, que ha afirmado que la colección de otoño del próximo invierno se diseñará de manera íntegra de forma digital. De esta forma, todo el proceso de diseño se hará a través de las nuevas tecnologías, eliminando así los esbozos y las costosas muestras materiales. El trabajo de diseñadores, patronistas, técnicos de tallas, etc. será a través de una pantalla, de tal forma que solo se producirá la prenda en cuestión, evitando contar con materiales físicos innecesarios.
Tommy Hilfiger se convierte así en una marca más sostenible a la par que tecnológica, y ya ha avanzado que su hoja de ruta para el futuro pasa por aplicar el diseño 3D a todos sus productos. Así, la compañía también ha anunciado que la colección Primavera/Verano de 2022 se desarrollará 100% con esta tecnología.
No es la primera vez que la marca apuesta por esta innovación. De hecho, lleva trabajando con el diseño 3D desde 2017. Gracias a ello, la compañía ha desarrollado una “incubadora tecnológica” bautizada como STITCH que engloba diferentes herramientas digitales como una biblioteca digital de patrones, telas y colores. Además, los trabajadores de más de la mitad de las divisiones de la compañía han sido formados en diseño 3D a través de la STITCH Academy, lo que ha permitido que esta tecnología ya haya sido empleada de manera piloto en algunos productos, como pantalones vaqueros o polos.
Tommy Hilfiger se suma así a las marcas que apuestan por la sostenibilidad en la elaboración de sus productos. En España cada vez son más las iniciativas en este campo, destacando proyectos como el de Livegens, una firma de moda ecológica de la que ya os hablamos y que ofrece una amplia línea de productos ecofriendly. Además, Livegens lleva su compromiso con el medioambiente más allá del taller, promoviendo iniciativas como la limpieza de ríos o zonas naturales. Sin duda, un ejemplo a seguir.