Los fertilizantes ecológicos, también conocidos fertilizantes orgánicos, son compuestos provenientes de la naturaleza que se utilizan en la agricultura y jardinería para mejorar la calidad de los suelos y proporcionales a las plantas los nutrientes esenciales que necesitan para desarrollarse en óptimas condiciones.
A diferencia de los fertilizantes químicos convencionales, los ecológicos mezclan materiales orgánicos, como estiércol de animal, compost, restos vegetales y otros subproductos, que son amigables y saludables para el medio ambiente.
Lo que hace especial a los fertilizantes ecológicos en términos de agricultura es que contienen nutrientes, como el nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio, y otros micronutrientes, que son esenciales para el crecimiento saludable de las plantas.
Estos nutrientes se liberan gradualmente a medida que los compuestos orgánicos se descomponen en los suelos, siendo absorbidos por las plantas y vegetales.
Hoy en día, son la alternativa favorita de los agricultores. Mejoran la estructura y la textura de los suelos y alimentan y estimulan la actividad de organismos, como bacterias y hongos, que son sumamente beneficiosos para plantas, vegetales y frutas.
¿Y sabes qué es lo mejor de todo? Hay una gran variedad de ellos. Si quieres probar alguno, pero no sabes cuál, no te preocupes. A continuación, mencionamos qué tipos de fertilizantes ecológicos hay para potenciar al máximo tu cultivo.
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Tipos de fertilizantes ecológicos
Existen diversos tipos de fertilizantes ecológicos. Cada uno con diferentes características. Aquí enumeramos algunos de los más comunes que puedes usar en tus siembras:
Estiércol
El estiércol es uno de los fertilizantes ecológicos más utilizados. Contiene nutrientes esenciales, como nitrógeno, fósforo y potasio, que mejoran la estructura de los suelos.
Compost
El fertilizante orgánico más conocido de todos. Es el resultado de la descomposición controlada de la materia orgánica, como hojas, residuos de comida, residuos de materiales del jardín y estiércol.
Es tan popular debido a su alta gama de nutrientes y microorganismos beneficiosos para los suelos y las plantas.
Mejora la fertilidad, la estructura de las superficies y la retención de agua.
Abonos verdes
Son plantas que se cultivan de manera intencional para mejorar el contenido y la estructura de los suelos. Algunos ejemplos son el trébol y la alfalfa, que se retiran justo antes de que alcance su madurez, para fijar el nitrógeno atmosférico en los suelos.
Harina de huesos
Es una harina que se obtiene moliendo los huesos de los animales. Un compuesto orgánico rico en fósforo y calcio. Es especialmente útil para promover el desarrollo de raíces fuertes.
Ayuda a mejorar la floración y la fructificación de las plantas y vegetales. El único problema es que es un poco complicado de conseguir, además que lleva tiempo.
Guano
Este fertilizante es común es países de Latinoamérica, especialmente Perú, que uno de los grandes exportadores de Guano a nivel mundial. Es un compuesto natural derivado de las excreciones de aves marinas y murciélago que es rico en nitrógeno, fósforo y potasio. Mejora la fertilidad de los suelos y estimula el crecimiento vegetal.
Algas marinas
Si bien no es tan conocido como el resto de los fertilizantes mencionados, las algas marinas son excelentes compuestos orgánicos para fertilizar los suelos. Tienen un alto contenido de nutrientes esenciales, vitaminas y hormonas vegetales, que no se consiguen fácilmente en otro sitio.
Estimulan el crecimiento de las plantas, mejora la resistencia al estrés y aumenta la absorción de los nutrientes. Si lo tienes a disposición, úsalo. Es un gran aliado para cultivos industriales y jardines de los hogares.
Harina de pescado
Queremos finalizar con otro de esos tipos de fertilizantes ecológicos que no son tan populares, pero que puede darle un cambio radical al desarrollo de tus plantas, vegetales y frutas.
Hablamos de la harina de pescado, un compuesto que se produce a partir de la molienda de restos de pescados. Proporciona una fuente alta de nitrógeno, fósforo y pescado.
Destaca por su capacidad de estimular el crecimiento de las plantas y mejorar la fertilidad de los suelos.