La sostenibilidad de las ciudades se ha convertido en un tópico a tratar en muchas naciones, motivados por la cantidad de personas que habitan dentro de las poblaciones urbanas, actualmente, según estadísticas de la ONU un 54% de la población mundial vive en las ciudades y se espera un aumento acelerado en esta cifra para los próximos 20 años. Entonces, las medidas que lleven a la sostenibilidad son necesarias para que estas zonas sigan siendo habitables, buscando una mejor distribución y utilización del espacio, respeto hacia la vegetación y recursos naturales, y una disminución en la contaminación, asegurándoles calidad de vida a los pobladores de estas urbes, sin dejar de lado su comodidad y condiciones de salud necesarias.
¿Cómo usar el contenedor verde?
En ese sentido, son diversos los factores que deben considerarse para hacer de una ciudad sostenible, dentro de estos está el transporte, buscando que sea más eficiente y económico en términos financieros, de espacio y energéticos. Además, otro de los factores que desarrollan un papel importante es el destino de los desechos, ya que, cada ciclo económico deriva en residuos y en las grandes ciudades la cantidad de basura es elevado, de esta forma, la sostenibilidad se basa en el modelo de economía circular para conseguir una reutilización y un reciclaje de los recursos una vez se desechen, generando un impacto ambiental menor, en busca de reducir la contaminación generada a partir de las industrias y los ciclos de producción. En ese sentido, las empresas que emiten CO2 tienen ciertas regulaciones, dependiendo del país, que las obliga a tomar medidas buscando reemplazar sus métodos por unos más ecológicos.
Al mismo tiempo, los consumidores también tienen una responsabilidad en el proceso de transformación a la sostenibilidad, estando comprometidos a organizar sus desechos dependiendo del material con el que estén fabricados, esto acelera el proceso de reciclaje, haciéndolo mucho más rápido para las empresas dedicadas a este rubro. Para ello, existe un código de colores en los contenedores que indica a qué material está dedicado, por ejemplo, el contenedor de color azul está dedicado al papel y cartón, el contenedor de color amarillo al plástico y las latas, así con muchos otros. Particularmente, el contenedor verde está dedicado al vidrio, sin embargo, este genera confusiones entre los usuarios, ya que, se les dificulta distinguir entre el vidrio y el cristal, donde este último tiene su contenedor particular.
Atento a los colores de los contenedores
Entonces, lo que se debe desechar en el contenido verde es exclusivamente vidrio, es decir, tarros y frascos de vidrio, como los usados de bebidas, perfumes y algunos alimentos, también, corresponden al contenedor verde las botellas de vidrio, como las de gaseosas, licores, aceite y demás. Bajo ningún concepto, en el contenedor verde se debe depositar vajillas y cristales de diferentes tipos, estos incluyen los frascos de medicamentos, las ventanas, las pantallas de televisores, parabrisas de automóviles, vasos y copas. Adicionalmente, antes de desechar vidrio dentro del contenedor verde deben separarse de las tapas o los corchos que acompañan a las botellas o tarros a reciclar. Al mismo tiempo, es muy recomendable limpiar o secar los envases a depositar en el contenedor verde, esto hace que no manchen ni goteen dentro del contenedor, haciendo el proceso de reciclaje mucho más rápido y eficiente.
Por último, la diferencia entre el cristal y el vidrio se establece a partir de sus materiales de fabricación, haciendo que ambos pasen por un proceso de reciclaje diferente, lo que hace que estén separados en contenedores diferentes. Definitivamente, el aporte ciudadano al reciclaje es fundamental para lograr un proceso más rápido y eficiente, aportando lo necesario para conseguir la sostenibilidad dentro de la ciudad que se habita, que al final se traduce en bienestar propio y colectivo.