
Si esta obra llega a entrar en funcionamiento, aumentaría 7 veces el tráfico de buques cisterna —que trasladan enormes tanques de petróleo— en la costa del océano Pacífico. Y los científicos lo tienen claro: este incremento podría interrumpir los patrones de alimentación de las orcas en peligro, lo que las llevaría a su desaparición.
Pero si presionamos a las fuentes de financiación de estos proyectos, todavía estamos a tiempo de salvar a las orcas. Miles de personas en todo el mundo ya se han unido a la petición para que 12 bancos internacionales se desvinculen de este peligroso proyecto petrolífero.
Algunos de esos bancos, a pesar de haber firmado recientemente una política de sostenibilidad que les impide financiar al sector petrolero vinculado a estos oleoductos están desoyendo sus propias normas. Por eso tenemos que ser las personas como tú y como yo quienes defiendan que el planeta no necesita más petróleo.
El proyecto de oleoducto Trans Mountain Expansion Project transportaría arenas bituminosas (un tipo de alquitrán denso muy contaminante) desde el interior de Canadá hasta el Pacífico. Si ocurre un accidente, las consecuencias serían terribles, y no solo para las orcas y las ballenas, también para las 17 millones de personas dependen directamente del mismo agua potable que estaría expuesto a derrames tóxicos. Es un riesgo demasiado grande.