Centro Ecoturístico Barbatona, el sueño de una familia que la Sierra Norte ha convertido en realidad

/COMUNICAE/

Hace diez años, Miguel Viguria lo apostó todo a este proyecto, para lo que contó con el apoyo de ADEL Sierra Norte. Hoy, es un referente del turismo activo no sólo en la comarca, también en Guadalajara y Castilla-La Mancha. La filosofía del Centro es la de conectar a los distintos agentes locales en una red, y mostrar al visitante la autenticidad de la comarca y la calidad de sus productos. Por eso, el proyecto de Identidad Comarcal de ADEL, está en su ADN

Hace diez años,  Miguel Viguria, que hasta entonces era comercial en una empresa de cerámica, decidió arriesgarlo todo, e hipotecarse hasta las cejas para vivir su sueño junto a su familia: construir y explotar el Centro Ecoturístico Barbatona en una bella pedanía junto a la ciudad de Sigüenza.

Y, aunque cuando alguien sabe adonde va, el mundo entero se aparta, una de las primeras puertas a las que llamó Miguel, fue a la de ADEL Sierra Norte. Recuperar sus palabras de 2011 ahora, supone una inmensa alegría, para él, y para quienes le rodean.

«Hace diez años, en un primer reportaje para ADEL, hablábamos de las rutas que estábamos empezando a diseñar y promover en el entorno natural de Sigüenza. De aquello, a lo que hoy hemos sido capaces de convertir en realidad, media un abismo», dice Miguel. Un abismo, y una década de trabajo constante, profesional, comprometido con la comarca y con su gente, puesto que en la actualidad, Centro Ecoturístico Barbatona da empleo a diez familias. «El balance es muy positivo, por la acogida profesional del proyecto en general, pero también por la satisfacción personal del camino recorrido, a pesar de dificultades como los años de COVID», afirma Miguel, recostado sobre una de las paredes de piedra del edificio principal del complejo. Y, mientras lo dice, su rostro sereno y feliz, deja bien claro que es lo que siente. «En algunos casos, la realidad ha superado de lejos las perspectivas que teníamos. El tiempo va poniendo en su sitio todas las piezas del proyecto, de este reto familiar. Vivíamos en Torrejón de Ardoz, y nos mudamos aquí. La familia se ha adaptado a las circunstancias que nos ha impuesto el guion del tiempo. Hoy, nuestra actividad nos permite llevar el estilo de vida que queríamos, que buscábamos. Nos sentimos parte de Sigüenza, de la comarca y de la Sierra Norte», asegura.

La inversión fue grande, cercana a los 300.000 euros, que Miguel afrontó con apoyo de ADEL Sierra Norte. Además, el emprendedor ha aprovechado todas las oportunidades que le han surgido en cuanto a formación en diferentes aspectos relacionados con la micología, la gastronomía o la digitalización, por citar algunos ejemplos, de la mano del Grupo de Acción local. «ADEL Sierra Norte es agente principal para poder cohesionar el posible desarrollo de la actividad socioeconómica en la comarca», opina el emprendedor.

Hoy, el Centro Ecoturístico Barbatona lo integran tres edificios. El primero acoge las habitaciones, ocho en total, con diferentes capacidades, todas ellas con baño, menaje completo de cama, calefacción y agua caliente. «Son habitaciones sencillas, para descansar, porque el resto del tiempo pretendemos que nuestros visitantes estén en el exterior, conociendo el entorno», afirma Miguel.

El segundo edificio, el de las zonas comunes, es el eje del complejo. «Es donde los visitantes socializan, tienen un rato para descansar y tomar algo. Además acoge el comedor y la cocina, donde preparamos los menús de una manera casera y tradicional, y, en la medida de lo posible, cada vez más, utilizando producto local», explica el emprendedor. La tercera y última construcción del complejo es la casa de la familia. «Vivimos aquí y queremos que la gente lo sienta. Es parte de la propuesta que la gente se vea arropada por nuestra hospitalidad», sigue.

La base de la oferta del Centro Ecoturístico Barbatona es que no se limita a ofrecer solo una cosa. El alojamiento, es un alojamiento diverso, que da cabida a diferentes colectivos y grupos, familias y amigos, pero también asociaciones y empresas, escolares y campamentos de ocio alternativo en el medio natural.

El plato fuerte de la oferta son las actividades de turismo activo y de ecoturismo, de naturaleza, que complementan la estancia de los turistas.  La propuesta del Centro en este sentido va ampliándose con el tiempo. «Desarrollamos actividades de senderismo interpretativo, escalada, observación astronómica, rapel, BTT, tiro con arco, micología o kayak, que se adaptan a todos los perfiles, añadiendo valor a la visita», explica el emprendedor. Además, por la propia filosofía del Centro, estas actividades están abiertas a cualquier otro visitante, sin que sea necesario estar alojado en Barbatona.

A medida que Miguel ha conocido a paisaje y paisanaje, los ha ido incluyendo en su propuesta. «En el concepto de nuestro proyecto es principal que los visitantes puedan conocer a la gente que vive en la comarca. Antes de emprender aquí,  venía habitualmente a pasear. Ya entonces, me sorprendió la autenticidad que guarda la Sierra Norte de Guadalajara. Por eso, desde el mismo inicio de la actividad, hemos tratado de involucrar a la población local, e incluir en ella conocimiento de las actividades que desarrollan en cualquiera de sus ámbitos: artesano, agrícola o ganadero. Al principio, la oferta no era grandiosa, pero ahora sí que se está desarrollando. A nuestro público le interesa mucho conocer los oficios de estas personas, cómo se ha vivido y cómo se vive», sigue.

Por su forma de ser y por la filosofía del proyecto, Miguel Viguria se identifica plenamente con el proyecto de Identidad Comarcal de ADEL. «Forma parte del ADN de nuestro Centro desde su misma puesta en marcha. Consideramos fundamental crear sinergias con otros agentes locales: productores, otros empresarios que se dedican al turismo rural, para, entre todos, crear comarca y que el visitante se lleve una imagen real, y respetuosa con el medio de lo que tenemos en la Sierra Norte. Además, el proyecto de Identidad Comarcal nos permite retroalimentarnos unos a otros, subrayar el territorio a través de la marca que refleja la esencia del lugar y de  un producto con tanta calidad, y hecho con tanto cariño y sabiduría como el que se desarrolla en el territorio: hablo de miel, quesos, cereales ecológicos, panes, dulces, carnes. En definitiva, tenemos un amplio abanico de producto con una calidad infinita, y la marca de Identidad Comarcal de ADEL, es el vehículo apropiado para mostrársela al visitante, de forma conjunta», termina Miguel.

Fuente Comunicae

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