La moringa es un árbol de rápido crecimiento, proveniente de la India. Su popularidad en el resto del mundo se ha acrecentado enormemente en los últimos años, gracias a los beneficios para la salud que representa el consumo de todas sus partes, lo que incluye las vainas, las hojas y las semillas. El apodo del “árbol milagroso” no viene de la nada.
Algunos de los componentes que ayudan a los beneficios de la moringa son: el hierro, el calcio y el magnesio, las vitaminas E, A y B1, y antioxidantes. Al aportar estas vitaminas y minerales al cuerpo, la moringa aporta esas ventajas a la salud del cuerpo.
Lo bueno es que no se vuelve adictiva, ya que el aporte que hace es como estimulante de la absorción de estas sustancias, y como complemento cuando hay una deficiencia en la dieta de la persona. En ese sentido, es muy segura de utilizar, ya que se aprovecha como complemento y no como fuente principal de estos nutrientes.
Beneficios de la moringa
Gracias a sus propiedades, los beneficios de la moringa son cuantiosos, por lo que su ingesta está siendo popularizada para:
- Mejorar la capacidad respiratoria,
- prevenir la diabetes,
- regular la presión arterial,
- estimular la pérdida sana de peso,
- prevenir y tratar la anemia,
- aliviar dolores e inflamaciones,
- hidratar la piel,
- optimizar el sistema digestivo,
- mejorar las defensas del organismo.
Todos estos beneficios son motivo de la ingesta de la moringa en la sociedad oriental. Sin embargo, es importante que cuando se vaya a utilizar para alguna dolencia, hay que visitar a un médico para que vigile los posibles efectos secundarios que pueda tener en la salud.
Recordar que se trata de un complemento, y no de un tratamiento médico en sí mismo.
¿Cómo se ingiere?
En algunas partes del mundo se consigue la plata fresca y en otros en píldoras o en hojas desecadas, e incluso en polvo después de un proceso de deshidratación de la planta. Su ingesta constante no debe pasar de las 3 semanas.
- Té. 1 cucharada (10 gramos) de hojas de moringa por cada 250 ml de agua hirviendo. Hasta 2 tazas diarias.
- Semillas. Se le debe quitar la cáscaras a 2 o 3 semillas para el consumo diario con las comidas, lo que equivale a 200 mg aproximadamente.
- Polvo. Entre 1/2 y 1 cucharadita (de 1 a 3 gramos) al día. Se puede agregar a bebidas, como jugos, café, sopas y hasta preparar té.
- Cápsulas. Por lo general son de 1 a 3 cápsulas diarias, tomadas junto con la comida. De todas maneras, lo recomendable es consultar la etiqueta del envase con las indicaciones de cada marca.
Hay que evitar por completo su ingesta durante el embarazo, ya que no hay estudios suficientes todavía.